Se denomina protectores solares o fotoprotectores a todos aquellos productos (cremas, lociones, leches, etc), que se aplican sobre la piel con el fin de protegerla de los efectos perjudiciales de las radiaciones solares ultravioleta A (UVA) y/o ultravioleta B (UVB). Esto es posible porque en su composición llevan unas sustancias denominadas filtros, capaces de frenar la acción de la radiación absorbiéndola, dispersándola o reflejándola.
El FPS es el índice que mide la capacidad protectora de un protector solar frente a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta tipo B (UVB) sobre la piel y nos indica el número de veces que el protector AUMENTA la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura.
Existe una idea errónea la cual es muy popular de que el SPF se relaciona con el tiempo de exposición solar, por ejemplo, usualmente muchas personas calculan que si normalmente se queman al sol en 1 hora, con un protector SPF 50 tendrán 50 horas de protección sin quemarse pues realizan este cálculo: Spf 50 x 1 hora = 50 horas de protección. Esto no es cierto infortunadamente. El spf no está directamente relacionado con el TIEMPO de exposición solar, el spf está relacionado con la CANTIDAD de veces que aumenta la defensa natural de la piel, por lo tanto, es importante reconocer la importancia de la replicación del protector cada 2 o 3 horas (dependiendo del tipo de piel) sobre todo cuando tenemos roces con la ropa, toallas u otros materiales que contribuyen a que el protector sea retirado de la piel.